12 de noviembre de 2010

en el fondo todos queremos lo mismo*




Soy turista en esto de viajar abrazados. 
Quiero despertar una noche y sentir que puedo tocarte.
Y abrir las ventas de par en par y que la luna se cuele por donde quiera.
Sonrojarme y decirte que tengo el corazón contento desde que llegaste y que odio echarte de "más" tanto.
Que quiero que llames al timbre a las nuevo menos diez los lunes, para desearme el buenos días en persona y para que el día empiece con buen pie. 
Despeinarnos con el viento, planificar lo que no debemos y hacer todos los domingos el día más largo de cada mes. Que no se pierdan los silencios. 
Reescribir las  canciones tristes. Empezar a tocar algún instrumento y componer juntos. 
Y luego se te ocurre preguntarme si me he enamorado alguna vez y yo te respondo que nunca he visto un amanecer naranja desde lo alto de mi ciudad, con todas las luces decorándola. Que nunca he visto nada más bonito que todo iluminado, dibujando flores en el cristal empañado del coche. Y entonces tu podrías responder que me echas de menos y que vas a cumplirme estos deseos de manera inconsciente.

Y me siento en la cama a las dos de la madrugada y escribo en una hoja blanca de papel lo mucho que voy a soñarte esta noche y me acuerdo de ese día que me perdí contigo, entre líneas de ordenador...



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