17 de julio de 2013

Pájaros en la cabeza

Un día más que otros te pones a pensar. Pero a pensar más de lo a menudo, empiezas a darle vueltas a cosas que antes tal vez no tenían importancia, pero que ahora (no sabes muy bien desde cuando) si la tiene. Puede que haya sido por el master que has hecho en series y películas. Aquellas que hablan de situaciones cotidianas de familias nuevas, de parejas jóvenes que a penas descubren que se conocen, de parejas que se esconden secretos, de familias con hijos que no conocen y que ven todos los días, de hijos que viven con ellos y parecen ausentes. En fin, problemas que aparecen sin más un día cualquiera en una familia cualquiera. Siempre quieres no formar parte de esa familia, que a ti no te pasen todas aquellos quebraderos de cabeza que desatan polémicas, que desatan celos, complicaciones, rupturas. Que ponen patas arriba todo lo que creías tener bien atado. Sobretodo cuando ya has pasado sin querer por eso, cuando algo de esto te ha salpicado aunque haya sido indirectamente. Cuando sucede eso, jamás y digo jamás podrás huir. Siempre, en todas tus relaciones, te acordarás, e intentarás no pasar por ello, intentarás no convertirte en la mala de la película, pero...tu cabeza no para de dar vueltas...y a veces, tienes miedo que esto explote. Que no sepas como lidiar con ello, que te sientas como fuera de lugar, y sin querer lo arruines todo. Y que sin querer todo se acabe.

2 comentarios:

  1. Es verdad que por lo general tratamos de evitar a toda costa el dolor y los incidentes peligrosos. Pero también es verdad que en ese momento es cuando descubrimos que somos fuertes como nunca creemos serlo.

    Sólo al borde del precipicio podemos poner a prueba nuestro equilibrio.

    Cuídate.

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  2. Las cosas se acaban y duele, duele mucho.

    ¡Ánimo!

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