20 de marzo de 2013

Sonaba jazz en aquel motel (I)

Consigo imaginarte a mi lado
cuando no estás. 
Es como si la noche fuese París, 
y la tengo guardada bajo candado. 

Ni siquiera sé, cuando aprendí a devolverte allí.
Cuando conseguí dibujarte con traje,
sobre le Bateau Rouge. Tú y el Sena, 
y mis pupilas dilatándose. 

Esperaba un lugar donde pudiera tomar algo tuyo;
una carícia ardiendo en mitad de tu pecho,
una explosión, un rubor, un límite. 

Te vi leyendo una revista,
"en donde te espero, sólo tu cabes"-escribiste.
No te preocupes, la luna hoy nos atrapará, 
y tú, niño grande, 
te acordarás de abrigarme antes de irte. 

Cuidado! No te alejes,
enlázate conmigo y saltemos. 
Planifiquemos encuentros invernales.
Llueve aquí,
mi habitación nos dará cobijo.

A lo lejos, Mr. Pompidou te saluda. 

6 comentarios:

  1. Muchos escenarios posibles antes de que amanezca y la imaginación nos traiciones. Supongo que es la manera de sentirnos un poco más cerca de lo que deseamos.

    Cuídate.

    ResponderEliminar
  2. Basta una cama vacía para que la imaginación vuele a todos los lugares. Incluso suena jazz.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  3. Y es que siempre nos quedará soñar.. :)

    ResponderEliminar
  4. Jum, te he encontrado en un viaje bloguero y he decido quedarme. muy bonito esto que leo. 1bs

    ResponderEliminar
  5. Suena fresco y limpio. Suena a verdad.

    ResponderEliminar
  6. Eso de planificar encuentros y que tu habitación de cobijo suena muy bien.
    Digo mas, suena a irrechazable.

    Mejor planificar un futuro que vivir de lo que pasó.

    "Fijatetu" que ni es importante que hotel sea, ni si esta próxima vez sonara jazz o Regina Spektor. Lo que cuenta es que sea.

    ResponderEliminar