cuando no estás.
Es como si la noche fuese París,
y la tengo guardada bajo candado.
Ni siquiera sé, cuando aprendí a devolverte allí.
Cuando conseguí dibujarte con traje,
sobre le Bateau Rouge. Tú y el Sena,
y mis pupilas dilatándose.
Esperaba un lugar donde pudiera tomar algo tuyo;
una carícia ardiendo en mitad de tu pecho,
una explosión, un rubor, un límite.
Te vi leyendo una revista,
"en donde te espero, sólo tu cabes"-escribiste.
No te preocupes, la luna hoy nos atrapará,
y tú, niño grande,
te acordarás de abrigarme antes de irte.
Cuidado! No te alejes,
enlázate conmigo y saltemos.
Planifiquemos encuentros invernales.
Llueve aquí,
mi habitación nos dará cobijo.
mi habitación nos dará cobijo.
A lo lejos, Mr. Pompidou te saluda.
Muchos escenarios posibles antes de que amanezca y la imaginación nos traiciones. Supongo que es la manera de sentirnos un poco más cerca de lo que deseamos.
ResponderEliminarCuídate.
Basta una cama vacía para que la imaginación vuele a todos los lugares. Incluso suena jazz.
ResponderEliminarAbrazos.
Y es que siempre nos quedará soñar.. :)
ResponderEliminarJum, te he encontrado en un viaje bloguero y he decido quedarme. muy bonito esto que leo. 1bs
ResponderEliminarSuena fresco y limpio. Suena a verdad.
ResponderEliminarEso de planificar encuentros y que tu habitación de cobijo suena muy bien.
ResponderEliminarDigo mas, suena a irrechazable.
Mejor planificar un futuro que vivir de lo que pasó.
"Fijatetu" que ni es importante que hotel sea, ni si esta próxima vez sonara jazz o Regina Spektor. Lo que cuenta es que sea.